Aunque pareciera que no, las tan esperadas obras de Camí Reial y Quatre Camins, después de más de un año, por fin han llegado a su fin, ¿o no?
Hace un mes, aproximadamente, el gobierno del señor Ros anunciaba que la rotonda de Quatre Camins, después de algún mes de demora, quedaba abierta al tráfico, pero, a su vez, la finalización incompleta de esta infraestructura creaba algún que otro problema nuevo. Escasos días después de su apertura al tráfico, se constataba lo que muchos auguraban: la anchura de carriles y salidas de la rotonda no era el suficiente para el giro de vehículos de gran tamaño, véase autobús o camión de basura. La estrechez de esta rotonda obliga a los conductores de estos vehículos a subirse en los bordillos para poder realizar maniobras. Dada esta situación, se ha producido lo que lógicamente se esperaba: el bordillo interior ya está roto. La falta de anchura para realizar correctamente los movimientos, más el no hormigonado y acondicionamiento de la parte central ha devenido en la rotura del bordillo. Tantos meses de espera, tantas molestias a vecinos, que todavía continúan en algunas comunidades de propietarios sobre el suministro de agua, han terminado con desperfectos y más contratiempos tras su ‘finalización’.
Otra infraestructura que se ha eternizado y causado incesantes preocupaciones a los residentes ha sido la reurbanización de Camí Reial, que tras 12 meses de obras ha ‘llegado a su fin’. Además, la remodelación de esta calle sólo se ha realizado hasta la mitad, ya que el tramo comprendido entre C/ 25 de abril y C/ Alacant todavía queda por ejecutar. En este sentido he de recordar que, en el proyecto inicial, elaborado por el gobierno popular, la reforma se preveía completa, renovando integralmente una de las principales arterias de Torrent como es el eje C/ Valencia-Camí Reial, es decir, desde la rotonda de la Cotxera hasta las rotondas del Pont Blau. Para más inri, las obras se han ejecutado de forma integral, no tramo por tramo, por lo que las molestias se han producido para la totalidad de los vecinos de la calle y sus consecuencias se han sufrido durante un año entero, cosa que con la ejecución de la C/ Valencia, donde se fue cortando por tramos, las molestias, que las hubo, se redujeron a lo mínimo.
En definitiva, obras de tal calado como son la rotonda de Quatre Camins y la reurbanización de Camí Reial han llegado a su fin, sí, pero sólo en teoría, ya que en el caso de la rotonda las deficiencias posteriores a la finalización ya están emergiendo y produciendo más perjuicios a los vecinos, mientras que Camí Reial sólo lleva una semana abierta, pero estamos a la expectativa de próximos contratiempos, que, desgraciadamente, los habrá en un futuro no muy lejano.